El 14 de junio de 2017, cuando todo estaba llegando a su fin, un grupo de chavales se vieron inmersos en la escasez de ideas y de ilusión. Los ruidos generados por sus mentes pensantes se sucedían entre las paredes de una vieja clase que, escondida bajo los muros de aquel recinto blanco, observaba a los jóvenes intentando colocar el último elemento del pastel. Ante la falta de imaginación, un mago decide entrar en la sala para dar un poquito de luz a aquella situación. Magia, fantasía e ilusión. Eso es lo único que hacía falta. Cuando se hicieron con esos tres elementos, las personas que presidían las mesas de aquella sala realizaron un espectáculo inimaginable para dar fin a un periodo maravilloso. Aquello fue un día soleado más.