Administraciones, partidos políticos y gigantes energéticos se cuestionan estos días quién tiene responsabilidad en la muerte de Rosa, la anciana de Reus. La mujer de 81 años falleció el pasado lunes en un incendio provocado por una vela al tener cortado el suministro eléctrico por impago.
Mientras se buscan respuestas, el foco se pone precisamente en esos millones de hogares invisibles que, como el de la octogenaria Rosa, tienen dificultades para pagar suministros básicos, como la luz o el gas. Rosa murió de pobreza, tan duro como real, de la llamada pobreza energética, un problema que afecta a más de 5 millones de ciudadanos y al que se asocian alrededor de 7.000 muertes al año en España.
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