De José Manuel Molina
La falta de privacidad es uno de los principales problemas que nos encontramos hoy en día. Este problema, causado por la globalización y la expansión de las telecomunicaciones, ha generado cierta preocupación en la sociedad, ante la posibilidad de que ciertas entidades u organismos tengan acceso a los datos de los usuarios de forma rápida y sencilla.
La culpa de este problema es de prácticamente toda la sociedad. Es cierto que somos siervos de las tecnologías, pues costaría mucho imaginarse un mundo en el que pudiéramos vivir sin la necesidad de estos aparatos. Pasmos el día pegados a la pequeña pantalla de nuestro terminal mirando nuestras cuentas en redes sociales, ya sea, para subir una foto, para ver el número de seguidores, para ver los “likes” que tenemos en cada momento, etc. Al fin y al cabo, somos nosotros los que decidimos subir nuestra vida a internet, ya que si no lo hiciéramos, seríamos unos raros que no saben adaptarse a la sociedad. Pero la falta de privacidad no supone un problema para todos, hay ciertas entidades que se benefician de esto. Sin duda, son las grandes empresas las que sacan partida a este dilema. Imagínate que yo conozco todos tus datos: tus gustos, tu música favorita, tu forma de vestir favorita, tu comida favorita, etc. Cuánto crees que me costaría venderte un producto, si conozco todo sobre ti y lo que te gustaría que te ofrecieran como consumidor. Las grandes empresas tardan menos de un día en ofrecerte lo que empezaste a demandar el día anterior. Nos ofrecen la ropa que queremos, los móviles que queremos, la comida que nos gusta, etc. En teoría, ofrecer todo esto es el deber de las empresas para conseguir el lucro, pero lo sorprendente es la velocidad en la que consiguen llevar estos productos tan recientes de la fábrica a nuestra casa.
El problema de la falta de privacidad tiene una solución sencilla, pero que cada vez se hace más costosa. Esa solución es leer. Sí cada vez que nos creáramos una cuenta en una red social o realizáramos un pago online, leyéramos los términos de condición y uso del sitio web en el que nos encontramos, evitaríamos este tipo de problemas. Hemos de saber que la privacidad no consiste en esconder nuestra información, sino en protegerla.
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